Niños CEDAT te agradecen tu apoyo

Amigo Periodista: Gracias a usted decenas de niños superdotados dejaron de sufrir.

Esta es una carta de reconocimiento por el apoyo que le ha brindado a miles de niños mexicanos con su labor periodística.

Basada en un caso real

Un niño de nueve años al que nombraremos Julio sufrió en carne propia el dolor que causa un diagnóstico erróneo, cuando se es superdotado y toda la vida fue catalogado como hiperactivo. Desde su ingresó al kindergarten las maestras lo calificaron como «tonto» e «ingobernable», por no nombrar otros adjetivos. Una psicóloga infantil opinó que padecía el Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), mientras que otras personas manifestaron que podría tener coeficiente intelectual limítrofe.

Con la autoestima por los suelos, el martirio de Julio continuó durante su educación primaria. Sus compañeros de clase nunca lo entendieron y vivió aislado prácticamente durante toda su corta vida escolar. ¿Amigos?, ninguno. Por citar un ejemplo doloroso, en una fiesta de cumpleaños, sus «amiguitos» lo dejaron plantado porque decían que no iban a acompañar «al loco de la clase».

Los padres de Julio, desesperados, buscaron ayuda en varios centros especializados en trastornos emocionales infantiles. En una de tantas entrevistas, hubo un resultado  desconsolador porque un especialista se aventuró a decir que «el niño, además de tener TDAH, podría padecer una lesión cerebral». Otros especialistas fueron menos viscerales y le recetaron tranquilizantes, pero sus padres por fortuna nunca tomaron en cuenta esas «opiniones».

Justo cuando la familia de Julio estaban tocando fondo, una amiga de ellos (que es terapeuta del lenguaje) vio por televisión un reportaje sobre Andrew Almazán Anaya, el psicólogo más joven del mundo. En la entrevista el joven superdotado abordó un tema de su infancia: cuando se le diagnosticó erróneamente el TDAH y describió la incomprensión que vivió en sus distintos entornos escolares durante esa etapa. La familia de Julio después de mucho tiempo tuvo una esperanza. La madre buscó en Internet la información sobre Andrew y en el buscador aparecieron cientos de notas y entrevistas periodísticas que los condujeron al Centro de Atención al Talento (CEDAT).

De inmediato acudieron y los especialistas del organismo lo diagnosticaron como un niño sobrecapacitado. Tranquilidad y paz mental. A partir del diagnóstico su vida se transformó. Con la autoestima recuperada, hoy Julio es un niño feliz que destaca en varias disciplinas científicas, y lo mejor de todo, ya no es discriminado en sus entornos escolares.

Gracias a su labor como periodista, así como el pequeño Julio, han acudido decenas de niños con problemáticas similares al CEDAT y hoy son felices. Si no hubiera sido por su trabajo, la mayoría de estos chicos a lo mejor nunca hubieran conocido el valor que tienen como ser humanos, porque jamás pensaron que tenían un atributo tan grande como es el sobredotación.

Por esta razón a nombre del Centro de Atención al Talento, así como de Julio y sus padres, queremos agradecerle con toda sinceridad el apoyo periodístico que le ha brindado a estos niños superdotados. Por supuesto que seguiremos apoyándolo en su importante labor periodística al propagar el cuidado a los niños superdotados, cuyo único objetivo, es que esta minoría sea comprendida y valorada por la sociedad mexicana.

Un sincero saludo

Andrew Almazán Anaya

Director del Departamento de Psicología

CEDAT